miércoles, 25 de junio de 2014

Hepatitis B

Estimados lectores, hoy en nuestro blog hablaremos un poco acerca de la hepatitis, esta enfermedad que afecta al hígado, uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo, a través de distintas formas. La hepatitis en sí, es una inflamación del hígado, la cual puede ser causada por enfermedades autoinmunes (es decir, el órgano es blanco del ataque de las células de nuestro propio cuerpo), infecciones bacterianas o virales, daño por alcohol y drogas y en ocasiones sobredosis por algunos medicamentos (del tipo hepatotoxicos como el paracetamol). La hepatitis puede causar desde cirrosis hepática, hasta cáncer hepático, sin contar malfuncionamiento de este órgano, alterando sus funciones fisiológicas normales.

  El virus de la hepatitis B fue el primer virus de hepatitis que se identificó. Es una enfermedad que afecta a 300 millones de personas en el mundo y se estima que es responsable de entre 250.000 y 500.000 muertes al año. La prevalencia de la infección por el virus de la hepatitis B varía en forma importante en diferentes partes del mundo. Las tasas más altas de infección se encuentran en el sudeste asiático, China y el sur de Africa. En nuestro país, Chile, la enfermedad es de baja endemicidad, es decir, que la prevalencia de la enfermedad es baja.

La hepatitis Viral del tipo B, o Hepatitis B, es provocada por un virus llamado Hepadnaviridae, el cual pertenece al grupo I de la clasificación de virus de Baltimore. Estos virus se caracterizan por poseer un ADN de  doble cadena y utilizan una ADNpolimerasa (enzima Transcriptasa Reversa) para su replicación en el huésped.
Las principales vías de contagio de esta enfermedad son:
Relaciones sexuales: Probablemente la forma más frecuente de contagio en Chile. La transmisión puede ser través de relaciones tanto hetero como homosexuales.
Transfusiones de sangre: Actualmente es una forma de transmisión prácticamente inexistente debido a los exámenes practicados rutinariamente a la sangre que es empleada para transfusiones.
Transmisión perinatal: Consiste en la transmisión del virus de la hepatitis B de la madre al hijo, habitualmente cercano al momento del parto. Es una importante vía de contagio en países de alta prevalencia como China.
Drogas inyectables: El uso de jeringas y/o agujas contaminadas es una importante vía de contagio.
Tatuajes, perforaciones o “piercing” realizadas con material no desechable.
Contacto cercano: La infección puede producirse si sangre de una persona infectada entra en contacto con las membranas mucosas (ojos, boca, genitales) o con pequeñas heridas de otra persona. Esto ocurre, por ejemplo, cuando se comparte una hoja de afeitar, un cepillo de dientes o un cortaúñas.
Procedimientos médicos: El virus de la hepatitis B puede transmitirse por instrumentos contaminados durante procedimientos médicos invasivos como cirugías si no se aplican las precauciones necesarias.

Durante el periodo de incubación, que puede durar desde semanas hasta meses, el virus se desplaza desde el sitio de entrada hasta el hígado, donde se aloja y comienza su infección dando origen a los siguientes síntomas:
a. Ictericia (coloración inusual de la piel de un tono amarillento)   b. Fiebre
c. Fatiga                                    d. Pérdida del apetito
d. Dolor abdominal                   e. Orina oscura
f. Náuseas y vómitos


Ictericia.


Esta enfermedad, una vez adquirida se convierte en crónica (pasa en Hepatitis B y C, pero no en la hepatitis tipo A)  por lo que no existe cura específica, solo se manejan los síntomas de esta. El enfoque que le otorga hoy en día la medicina a esta enfermedad está orientada a la prevención, a continuación presentaremos ciertas medidas orientadas a este objetivo:

1. Vacunación: En Chile, en 1990, se inició la vacunación al personal de salud y a partir de abril de 2005, se incluyó la vacuna anti Hepatitis B en el Programa Nacional de Inmunizaciones (http://vacunas.minsal.cl/)
2. Sexo seguro: Mantener relaciones sexuales con pareja única o de lo contrario tomar las precauciones de barrera necesarias para nuestra protección tanto como para nuestra pareja sexual
3. Evitar contacto directo con sangre o fluidos corporales
4. Evitar compartir agujas o jeringas

En el caso de tener sospechas acerca de padecer esta enfermedad, es de vital importancia que te acerques a algún centro asistencial y te realices los exámenes pertinentes, ya que puedes padecer la enfermedad y aun no haber desarrollado síntomas!

Toma las precauciones necesarias si estas iniciando una relación o si no tienes una pareja sexual fija! Recuerda que con seguridad, se pasa y se disfruta mejor!

Nos vemos en una próxima entrada!


Fuente: http://www.infosexwork.be

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